viernes, 16 de noviembre de 2012

Los versos de Tepalcingo


Pretendo cada principio de noviembre conocer más y más tradiciones en torno a la enorme diversidad de fieles difuntos en México. Este año fui a Tepalcingo, en el sureste de Morelos, dónde ya sabía que le tocan y les dicen versos frente a los altares.

Los altares, antes de siete niveles, han perdido mucho de su fisionomía tradicional, sin embargo, es posible detectar algunas cosas endémicas de Tepalcingo como el dulce de calabaza con cacahuates (menos seco que el elaborado en la cercana Axochiapan).

Sin lugar a dudas lo mejor de esta celebración son los versos que los visitantes tienen que declamar o cantar frente a los altares. Éstos en el transcurso del tiempo han evolucionado (y para este caso creo que no para mal).
Antes a pura capela, después con una guitarra, luego con rondalla y hoy en día hasta con banda de viento. Sin embargo, siempre se canta el mismo verso: tanto una entrada como una salida.

Siempre hay un pero. Siguen aferradas las mamás en vestir a sus niños de espantos (acaso infiltraciones anglosajonas) de lo que un músico lo calificó de gringaderas. Aun así, es una maravilla escuchar estos versos que se pierden en el tiempo.

Del mismo modo es hermoso recibir invitaciones para comer mole verde con tamales de ceniza en las casas, no se pueden rechazar. En todo el estado de Morelos se acostumbra prepararlo para recibir visitas de familiares, amigos o incluso curiosos.

Si les interesa puedo compartir con ustedes los versos que gentilmente me permitieron grabar.


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