Villa tres Cruces, a unos 20 minutos de Etchojoa, es una comunidad mayo o yoreme que ha logrado mantener sus tradiciones muy vivas y además se las toman muy en serio.
La semana mayor que tuve oportunidad de vivir, es para un servidor uno de los momentos más increibles que he vivido en todos mis viajes.
Para fotografiar se requiere un permiso especial y un propósito bien definido, por eso les recomiendo sólo visitar y observar. Es en esta comunidad que encontrarán una de las Semanas Santas más tradicionales de toda la región, su pilato mayor, persona completamente consagrada, se encarga de que así sea.
No existe hospedaje ni servicios turisticos de ninguna indole, sin embargo, no es complicado llegar desde Etchojoa, lugar donde existe alojamiento. Pueden asesorarse con Leonardo Valdéz en la casa de cultura de aquella población.
Todo comienza cuando los fariseos prometen 3 años servir al ceremonial, desde ese momento pertenecen a una jerarquia que encabeza el pilato mayor, siendo éste un oficio de por vida, y sólo podrá ser transmitido al pilato segundo cuando el primero fallesca.
Los fiesteros se encargan de dar guacabaqui a los músicos, a los danzantes y fariseos; se trata de un cocido de res tradicional mayo, ellos mismos llevan las banderas en los contis o procesiones.
Días de burlas hacía el viejo, es decir, al Cristo; que es su propia versión del animal viejo del monte. Los fariseos pretenden buscar la huella de Cristo para poderle aprehender. Si ven una bolsa de sabritas la recogen y dicen que ahí comío el viejo. Hasta el final son confirmados como seres humanos, pero no dejan de tener del todo su escencia animal ya que hasta el pentecostés o la fiesta grande a los 40 días después del domingo de resurrección regresan a ser humanos de nuevo.
De igual manera, las danzas de pascolas, el viejo de la fiesta, asisten a las veladas que desde el miércoles de ceniza hasta el domingo de resurrección, a excepción del miércoles, jueves y viernes santo, se llevan a cabo. periodo denominado cuaresmal.
El miércoles por la noche se lleva a cabo el miércoles de tiniblas, en ella se representa la búsqueda del viejo en una cueva completamente a obscuras donde salen todos espantados y huyen hacia el monte corriendo y tocando sus tambores. Dicha representación se lleva a cabo en el interior de la iglesia de la comunidad.
El viernes por la madrugada deben tirar las cruces en las comunidades vecinas: cada casa, cada esquina que tenga una cruz debe ser tirada al suelo.
Las caidas se dan al rededor de la iglesia, tiran al viejo porque va a ser crucificado.
El viacrucis es simbólico, el pilato mayor encabeza tres corridas hacia este lugar y en cada ocasión se acerca más a su destino para finalmente regresar huellando.
Se da una última crucifixión dentro de la iglesia donde se estremese la imágen del cristo crucificado.
Esa noche hay velación, las Marías y los Josés (niños prometidos para la ocasión) son vestidas de negro y realizan un conti con el que los fiesteros llevan el santo sepulcro a cuestas.
Cuando finalmente se rompe el luto el sábado de gloria, viene la danza del venado, mal llamada así, ya que aunque el danzante toma los atributos de este animal, es más bien una reverencia al monte. También regresa el pascola; ambos bajo la enramada cantan gloria.
Generalmente es un venado por 5 pascolas, éstos tienen uno que es mayor y que debe saberse todos los diálogos en lengua materna ya que hay agradecimientos a los fiesteros, cantos de gloria etc.
En el día de la resurección se lleva a cabo el encuentro de la vírgen con Jesús resucitado. Las Marías y los Josés avisan que Cristo está resucitado a la vírgen que pide pruebas. En un camino que conecta a la iglesia y a la enramada, van de uno a otro lado corriendo con las pruebas. Hasta que la vírgen se convence sale de la iglesia y va por Cristo que espera en la enramada.
Esta procesión, por un lado encabezada por los matachines (los guerreros de la vírgen), van delante de la imágen y del otro lado los pascolas y el venado van frente al Cristo resucitado.
Los fariseos, animales del monte, queman sus máscaras con figuras de jabalies y coyotes, para después recibir la confirmación del mestro rezador para regresar a ser humanos.
La Semana Santa yoreme es el máximo lazo social de cohesión de grupo es un baluarte de su cultura y así como veo las cosas no se acabará esta tradición, ha sabido adaptar estos tiempos modernos con una bella representación.
Esto sólo es una vista muy superficial al mundo ceremonial mayo, que desde mi punto de vista, sobrevivirá muchas generaciones más.
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